La Bioarquitectura como respuesta para la disminución de la huella de carbono en la industria de la construcción.
La bioarquitectura y la bioconstrucción son enfoques que integran prácticas antiguas con innovaciones modernas para crear espacios que armonizan con el entorno natural. Armando Gross, arquitecto y coordinador académico de la Diplomatura Universitaria en Bioarquitectura en la UTN, destaca cómo estas prácticas permiten no solo reducir la huella de carbono sino también generar un equilibrio entre el ambiente interno y externo de los edificios.
La bioarquitectura aprovecha materiales naturales, como el fardo de cortadera, que tienen una huella ecológica mínima, en contraste con materiales industriales como el poliestireno extruido, cuya producción y desecho contribuyen significativamente a la contaminación. Además, el diseño bioclimático considera las condiciones climáticas locales para optimizar la eficiencia energética de los edificios.
Aunque el costo inicial de construcciones bioarquitectónicas puede ser comparable o ligeramente superior al de las construcciones tradicionales, el ahorro energético a largo plazo y la sostenibilidad hacen que este enfoque sea no solo viable, sino también esencial en la búsqueda de un desarrollo más respetuoso con el medio ambiente.
Desde mi apreciación personal, el texto habla sobre la bioarquitectura y la bioconstrucción, formas de construir que combinan técnicas antiguas con ideas modernas. El objetivo es que estas estructuras sean amigables con la naturaleza y el medio ambiente.
Según Armando Gross, arquitecto y profesor de diplomatura en bioarquitectura en la UTN, menciona que estas prácticas no solo ayudan a reducir la huella de carbono, también hacen que los edificios estén en armonía con su entorno. Esto significa que se busca crear espacios que sean eficientes tanto por dentro como por fuera.
La bioarquitectura hace uso de materiales naturales, como el fardo de corte que tienen una huella ecológica realmente baja. Los materiales como el poliestireno extruido, es muy contaminante, desde su fabricación hasta el momento en que se desechan. Por otro lado, el diseño de edificios modernos busca mejorar la eficiencia energética, teniendo en cuenta el clima de la zona.
Construir con nuevas técnicas puede necesitar una inversión más alta que las construcciones convencionales al principio, pero la ventaja es que se ahorra mucho dinero a largo plazo. Además, este método es crucial si se busca que nuestras ciudades sean más ecológicas y sostenibles.
Enlace del artículo.
Comments